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miércoles, 12 de junio de 2013

La Crónica y sus partes (Ana Mª Arroyave)

Una crónica es una obra literaria consistente en la recopilación de hechos históricos narrados en orden cronológico. La palabra crónica viene del latin chronica, que a su vez se deriva del griego kronika biblios, es decir, libros que siguen el orden del tiempo. En una crónica los hechos se narran según el orden temporal en que ocurrieron, a menudo por testigos presenciales o contemporáneos, ya sea en primera o en tercera persona.
Se entiende por crónica la historia detallada de un país o región, de una localidad, de una época, de un hombre o de un acontecimiento en general, escrita por un testigo ocular o por un contemporáneo que ha registrado, sin comentarios, todos los pormenores que ha visto, y aún todos los que le han sido transmitidos. Tales son por ejemplo, las crónicas latinas de Flodoart, canónigo de Reims, y de Guillermo de Naugis y las crónicas francesas de Froissart y de Monstrelet. De todos los países europeos acaso los más ricos en crónicas sean Francia, España, Italia e Inglaterra.
En la crónica se utiliza un lenguaje sencillo, directo, muy personal y admite un lenguaje literario con uso reiterativo de adjetivos para hacer enfacis en las descripciones. Emplea verbos de acción y presenta referencias de espacio y tiempo. La crónica lleva cierto distanciamiento temporal a lo que se le llama escritos históricos. Por medio de las crónicas se pueden redactar escritos, tomando las opiniones de varias personas para saber si esto es cierto o no, como en el libro Crónica de una muerte anunciada escrito por Gabriel García Marquez.
Las crónicas son también un genero periodístico. Se las clasifica como "amarillas" o "blancas" según su contenido. Las "amarillas" tienen material más subjetivo y generalmente la voz autorizada es una persona o ciudadano común; las "blancas" usan material más objetivo y la voz autorizada es, generalmente, la autoridad, un profesional, etc.

Estructura de la crónica
La crónica disfruta de mucha libertad para su redacción. No tiene una estructura fija como en el caso de la noticia o del reportaje. No obstante, distinguimos algunas partes que no deben faltar en una crónica bien redactada.
Título. Debe ser claro, conciso y atractivo para despertar el interés de los lectores. El receptor ha de decidir al instante si es de su agrado o no y decidirse si va a detenerse a leerla.
Noticia. Es la información objetiva sobre los hechos ocurridos. Lo normal es que los datos esenciales aparezcan al comienzo, pero el cronista añade más datos a medida que escribe la crónica.
Comentario. Son las reflexiones que el cronista va haciendo sobre los hechos que narra. Estas reflexiones suele hacerlas en tercera persona. Busca un distanciamiento para dar mayor verosimilitud y credibilidad a lo que está contando.

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